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domingo, 29 de enero de 2017

Seydou Keïta (1921-2001)

Las fotografías de Seydou Keïta, nacido en Bamako, Mali en 1921, retratan con elocuencia a la sociedad de Bamako durante su era de transición de una colonia francesa cosmopolita a una capital independiente. La carrera de Keïta como fotógrafo se inició en 1935 por un tío que le dio su primera cámara, un Kodak Brownie Flash, que había comprado durante un viaje a Senegal. Durante su adolescencia Keïta dominó los desafíos técnicos del disparo y de la ampliacion. Más tarde compró una cámara de gran formato. El formato más grande no sólo ofrecía un grado excepcional de resolución, sino que también permitía a Keïta hacer impresiones de contacto de alta calidad sin la ayuda de una ampliadora. En 1948 abrió su propio estudio en Bamako y rápidamente construyó un negocio exitoso. Ya sea fotografiando individuos individuales, familias o asociaciones profesionales, Keïta equilibró un sentido estricto de formalidad con un notable nivel de intimidad con sus retratados. Al igual que muchos fotógrafos profesionales, agrego a su estudio con numerosos accesorios, desde telones de fondo y trajes, a Vespas y coches de lujo. Renovaría estos apoyos cada pocos años, lo que más tarde le permitió establecer una cronología de su trabajo. Keïta llego a niveles excepcionales para destacar la belleza de sus motivos retratados y los patrones brillantes de sus telones de fondo demostraron ser un elemento particularmente eficaz. Trabajó intuitivamente, reinventando la fotografía de retrato a través de su búsqueda de extrema precisión. En 1962, el recién instalado gobierno socialista convirtió a Keïta en su fotógrafo oficial. Poco después, cerró su estudio, aunque permaneció activo hasta su jubilación en 1977. Su archivo de más de 10,000 negativos fue sacado a la luz gradualmente a principios de los 90. Desde entonces, Keïta ha logrado el reconocimiento internacional. Inventivo y altamente moderno, su énfasis en los componentes esenciales de la fotografía de retrato: luz, sujeto, encuadre, establece firmemente a Keïta entre los maestros del siglo XX del género.